El marco propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) refleja el grado del bienestar de los habitantes del territorio provincial, a partir de un abordaje multidimensional de sus condiciones de vida y partiendo de una mirada integral que incluye su percepción personal.

Este estudio, que el Gobierno de la Provincia de Córdoba realiza de forma continua desde el año 2018, arroja resultados sobre 30 indicadores que permiten medir y comparar a Córdoba con el mundo sobre la base de 12 dimensiones: Ingresos, Vivienda, Empleo, Educación, Salud, Balance Vida-Trabajo, Seguridad Personal, Compromiso Cívico y Gobernanza, Comunidad y Apoyo Social, Satisfacción con la Vida, Acceso a Servicios y Medio Ambiente.

Su principal fuente de información es la Encuesta de Bienestar, cuyos datos se actualizan semestralmente y utiliza como unidad de análisis a los cuatro principales aglomerados urbanos: Gran Córdoba, Río Cuarto-Las Higueras, Villa María-Villa Nueva y San Francisco, que abarcan al 55% de la población total de la provincia y al 72% de la población que reside en ciudades.

Los indicadores del marco de bienestar de la OCDE para el segundo semestre 2021 dan cuenta de un panorama socioeconómica similar a la pre pandemia por COVID-19. El mercado laboral retornó a los niveles de empleo y desempleo del segundo semestre 2019, mostrando una menor prevalencia de jornadas laborales demasiado extensas (50 o más horas semanales), menos tiempo y mayor utilización de transporte privado para el desplazamiento al lugar de trabajo, en detrimento del transporte público.

En tanto que, en un contexto de deterioro generalizado del nivel real de ingresos en nuestro país, se observa una mejora o disminución en el peso total de los ingresos que tiene que destinar un hogar inquilino en el pago del alquiler. Asimismo, un crecimiento sostenido de la disponibilidad de servicio de internet de banda ancha en los hogares.

En el marco de las iniciativas globales asociadas a la agenda de género, en las que se busca la reducción de las disparidades existentes entre varones y mujeres explicadas por factores socio-culturales, el análisis de las brechas por sexo de los indicadores socioeconómicos y su evolución en el tiempo se torna indispensable. De la actualización del informe que refleja este análisis de brechas, en los 25 indicadores construidos a partir de la Encuesta de Bienestar, para el segundo semestre 2021 -comparativamente con el segundo semestre 2020- se destaca la reducción tanto del desempleo juvenil como de la brecha de género de ese indicador. Lo mismo sucede con el incremento de acceso a internet con banda ancha.

Cabe destacar que, en concordancia con la mayoría de los operativos estadísticos a nivel mundial, en la Encuesta de Bienestar se indaga sobre la variable “sexo” desde una perspectiva de declaración jurada y respondiendo a las categorías binarias de mujer/varón. De esta manera, los análisis de las características o condiciones de vida, analizadas con enfoque de género, no permiten identificar categorías no binarias ni la interrelación entre el sexo asignado al nacer, la identidad de género y la orientación sexual.

En este sentido, desde la Dirección General de Estadística y Censos a partir de las experiencias internacionales, nacionales y provinciales se evalúan alternativas de preguntas complementarias que permitan enriquecer a futuro estos análisis. Teniendo en cuenta esas aclaraciones, en el informe se utiliza la denominación de “brecha de género” para representar el diferencial por sexo.

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